Haciendo uso de una ley rara vez usada, el Gobierno de los Estados Unidos ha implementado una nueva política: no otorgar visas B1B2 a los ciudadanos de Camboya, Eritrea, Guinea y Sierra Leona. Esta política es en retaliación por las acciones de esos gobiernos de no recibir a las personas que son enviadas de regreso después de procesos de deportación. Si a esto agregamos los problemas legales que tiene esta Administración con varios países de Medio Oriente, y la lucha en los tribunales por imponer restricciones de viaje a esos países, vemos que esta Administración está más que dispuesta a enfrentar muchos obstáculos con el fin de hacer valer su visión sobre los problemas de personas indocumentadas.
