SANTO DOMINGO. “Crismar” es el nombre de una venezolana de 20 años que debido a la difícil situación que vive su país aceptó una propuesta que le hicieron para venir a República Dominicana a trabajar en un bar sirviendo tragos. Le dijeron que podían tener relaciones sexuales con los clientes si querían, pero que no era una obligación.
