MONTEVIDEO
Laura Andrade salió de la farmacia Camacho maldiciendo e insultando a viva voz. Tuvo que desplazarse más de cuatro kilómetros desde su casa porque en su barrio no hay ningún comercio que venda marihuana, pero al llegar no pudo comprar. La farmacia Camacho reparte números para adquirir la droga y a Andrade le correspondía esperar un día más.
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