Rodeadas de agua, erizadas de torres e insidiosamente invadidas por la vegetación, las extravagantes ruinas del castillo, ubicado en el municipio de Trois-Moutiers (Vienne), fueron compradas en forma de Société par Action Simplifiée (SAS). Una operación colaborativa de redención de Internet “invisible en la historia del Patrimonio Mundial”, según Delaume.