Una mesa o la cabina de una camioneta “platanera” equipada con una estufa y su respectivo tanque de gas son suficientes para instalar en cualquier esquina o calle un puesto de comida ambulante. Por pocos pesos, estudiantes y obreros, sacian el hambre con un menú que va desde yaniqueques, plátanos fritos con salami, picalonga, sándwiches y jugos naturales, ignorando las escasas condiciones de higiene con que se preparan y exponiéndose a posibles enfermedades e intoxicaciones por el consumo de alimentos contaminados por microbios, parásitos y virus.
A 16 años, norma para puestos ambulantes de comida no se cumple
Previous Article